La pandemia de coronavirus ha sido una fuente importante de estrés durante casi un año, y estar en este estado constante de preocupación no es saludable en muchos sentidos. No solo tenemos menos paciencia y una percepción diferente del tiempo, sino que nuestro procesamiento sensorial, la capacidad de responder a los estímulos del entorno, también se ha visto afectado. Según un historiador sensorial, la pandemia ha provocado una “revolución sensorial” debido al rápido cambio en la forma en que usamos nuestros sentidos para navegar por el mundo. Si te sientes abrumado últimamente, no estás solo.
Durante este tiempo, algunas personas experimentan una sobrecarga sensorial con más frecuencia, lo que ocurre cuando el cerebro se sobreestimula tratando de interpretar demasiadas entradas sensoriales. La exposición a ciertos desencadenantes, como luces brillantes, ruidos fuertes simultáneos o ciertas texturas, puede hacer que pierda la concentración y se sienta irritable. La interrupción de nuestras rutinas y todos los cambios drásticos en la forma en que vivimos, trabajamos e interactuamos también son factores importantes.
“Estamos condicionados a relacionarnos con nuestro entorno. […] Esperamos que ocurran ciertas experiencias, rutinas y rituales. Cuando no lo hacen, pueden surgir molestias debido a que no se satisfacen nuestras necesidades sensoriales”, dice Varleisha D. Gibbs, PhD, OTD, OTR/L, vicepresidenta de participación en la práctica y desarrollo de capacidades en la Asociación Estadounidense de Terapia Ocupacional.
El impacto general es único para cada individuo, dice Varleisha. Para aquellos que responden demasiado a su entorno, permanecer en el interior puede ser bueno porque el entorno controlado y predecible tiene menos factores desconocidos con los que lidiar. Por otro lado, las personas que anhelan información sensorial pueden tener dificultades porque buscan más movimiento y estimulación corporal. De cualquier manera, varios estímulos aún pueden ser demasiado para tomar a veces, lo que resulta en una sobrecarga sensorial.
Debido a que la pandemia es un factor estresante traumático que puede intensificar la ansiedad y provocar una respuesta similar al trastorno de estrés postraumático (TEPT), se activa la respuesta natural de lucha o huida del cuerpo, lo que afecta directamente nuestro procesamiento sensorial. Cuando las pupilas se dilatan y dejan pasar más luz, puede provocar hiperexcitación, por lo que algunas personas pueden ser más sensibles al aumento del tiempo frente a la pantalla y las reuniones virtuales, señala Varleisha. Los sentidos también son más agudos y los músculos se vuelven más tensos, lo que puede exacerbar la sensación de falta de tacto.
Aunque cualquiera puede experimentar una sobrecarga sensorial, a menudo es una característica del trastorno del espectro autista (TEA), el trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH), el trastorno del procesamiento sensorial y la sinestesia. Las personas con estos trastornos tienen más probabilidades de experimentar sobreestimulación y pueden verse más afectadas durante este tiempo, dice Varleisha.
Para lidiar con la sobrecarga sensorial en el hogar, identifique sus factores desencadenantes y aborde o evítelos, dependiendo de si están bajo su control. También ayuda a disminuir los estímulos innecesarios en su entorno inmediato. Puede hacer esto despejando y agregando más objetos de comodidad, como velas de aromaterapia o mantas pesadas.
Aprovecha tus sentidos explorando nuevos sabores, aromas, sonidos o sensaciones cuando tomas descansos regulares del trabajo, dice Varleisha. También recomienda estimular el cerebro escribiendo físicamente o calculando algo en una hoja de papel, o usando la mano no dominante para realizar actividades sencillas. La fatiga, la falta de sueño y la deshidratación también pueden causar una sobrecarga sensorial, así que intente meditar o tomar descansos para moverse (como estiramientos básicos o yoga) para aumentar el estado de alerta y sentirse más tranquilo.
Los factores desencadenantes y los niveles de comodidad de todos son diferentes, así que experimente con varios enfoques y descubra qué funciona mejor para usted. En última instancia, si necesita atención profesional, está bien buscar el apoyo de los profesionales de la terapia ocupacional. Pueden ayudarlo a identificar sus desencadenantes y desarrollar formas saludables de abordarlos para que pueda sentirse más seguro y cómodo en su entorno.